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Proctoring: qué es, cuándo conviene usarlo y qué aporta a la formación

Hablar de proctoring es hablar de cómo trasladar al mundo digital la confianza que, durante siglos, ha ofrecido una supervisión presencial. 

La palabra tiene raíces históricas claras: proctor proviene de una contracción del latín procurator, quien gestionaba o velaba por los asuntos de otro. Eso explica su función moderna: supervisar y custodiar la integridad de una evaluación, ahora con herramientas tecnológicas como cámara, micrófono, captura de pantalla y registros.

Imagina, por ejemplo, a Marta, que vive en un pueblo y debe presentarse a una prueba final de su máster. No puede desplazarse, pero la universidad necesita garantizar que quien realiza el examen es realmente ella. Aquí entra el proctoring: la tecnología y los procesos que permiten supervisar evaluaciones a distancia y ofrecer confianza en el resultado.

Definición práctica

El proctoring es, en esencia, la supervisión de exámenes digitales mediante herramientas tecnológicas y procesos organizados: autenticación del usuario, control de cámara y micrófono, registro de la actividad en pantalla y generación de informes o evidencias que ayuden a garantizar la integridad de una prueba. 

Esta supervisión puede ser en vivo, grabada para revisión posterior, automatizada con alertas o una mezcla de todas ellas.

Etimología y por qué la palabra encaja

Como hemos dicho al principio, la raíz de proctoring remite a proctor y, más atrás, a procurator: quien custodia o vela por algo. Esa idea clásica (vigilar para preservar confianza) explica por qué hoy seguimos usando un término que une tradición y tecnología.

¿Cuándo es realmente necesaria?

No todas las evaluaciones requieren proctoring. Resulta especialmente útil cuando la validez del certificado depende de controles estrictos: titulaciones oficiales, certificaciones profesionales o procesos de admisión y selección. 

También tiene sentido en exámenes masivos que serían inviables o muy caros de supervisar en formato tradicional. En tests formativos, microevaluaciones o encuestas de bajo impacto, su uso puede ser desproporcionado y contraproducente.

Cómo funciona

En la práctica, el sistema pide al alumno identificarse (documento, selfie u otros métodos), activar la cámara y el micrófono, registrar la actividad en pantalla y así se produce un informe con eventos anómalos (por ejemplo, ausencia prolongada, múltiples personas en el encuadre o el uso de programas no autorizados). 

Las plataformas ofrecen niveles distintos: supervisión humana en directo, revisión posterior de grabaciones o análisis automático que marca alertas para que un operador humano las valore.

Antiplagio y proctoring: parecidos, pero distintos

Es común confundirlos. El antiplagio analiza textos entregados (compara coincidencias con otras fuentes) y actúa sobre el producto final. El proctoring vigila el proceso: quién hace el examen y cómo lo hace. Ambos son complementarios en una política de integridad académica, pero no solapan sus funciones. El proctoring se está difundiendo siempre más también por el uso siempre más común de IA generativa, como es el caso de Chat GPT.

Beneficios que realmente importan

Bien implementado, el proctoring ofrece tres ventajas clave: reduce la suplantación de identidad; genera evidencias objetivas (grabaciones y logs) que facilitan la resolución de conflictos; y permite escalar evaluaciones sin los costes y la logística de convocatorias presenciales. Además, otorga al alumnado mayor flexibilidad para examinarse desde distintos entornos, siempre que existan garantías claras sobre privacidad y accesibilidad.

Límites, riesgos y la importancia de la proporcionalidad

El proctoring implica el tratamiento de datos sensibles (vídeo, audio y, en ocasiones, rasgos biométricos), lo que ha motivado controles regulatorios y debates sobre derechos. 

En España, las autoridades de protección de datos han sido especialmente críticas ante el uso indiscriminado del reconocimiento facial en exámenes online, reclamando justificantes legales y técnicos claros antes de aceptar tratamientos biométricos. Esta realidad obliga a universidades y proveedores a priorizar soluciones conformes con la normativa y a ofrecer alternativas razonables. 

Panorama de soluciones en el mercado

El mercado global combina empresas con amplia trayectoria  y proveedores europeos como; hay también soluciones con enfoque local que adaptan producto y soporte al idioma y regulación del país. Al elegir e informarse, conviene evaluar la integración con el LMS, la experiencia del usuario, el modelo de supervisión y las garantías de privacidad y retención de datos. 

España y LATAM: quiénes destacan

En el ecosistema hispanohablante han emergido tanto actores locales como internacionales que ofrecen soporte en español y asesoría en cumplimiento legal. 

Algunas firmas españolas, como es el caso de SMOWL, han logrado presencia en Latinoamérica con equipos locales para facilitar implementación y soporte. Esa cercanía suele facilitar la adaptación de la solución a marcos regulatorios y a las particularidades operativas de cada institución. 

Por qué SMOWL merece atención (y por qué deberías consultarlo)

SMOWL (software de proctoring desarrollado por la empresa Smowltech) es una solución con origen español que se ha posicionado como alternativa sólida para instituciones que buscan integración con sus plataformas (LMS) y trazabilidad en la supervisión: captura de evidencias, opciones de supervisión escalables y equipos localizados para soporte. Además, su expansión hacia Latinoamérica muestra interés por adaptar producto y servicio a contextos regulatorios y operativos distintos. Por todo ello, comprobar si tu curso o máster trabaja con proveedores que publican políticas transparentes y facilitan claridad sobre tratamiento de datos es una comprobación razonable antes de matricularte.

Qué valor real aporta a un título

El proctoring no hace “mágicamente” más válido un título, pero añade trazabilidad y evidencia en los procesos de evaluación, lo que facilita la defensa de las calificaciones ante acreditadores y empleadores. Su verdadero valor aparece cuando se integra en una estrategia pedagógica amplia: evaluaciones auténticas, diseño instruccional robusto y medidas que minimicen la posibilidad y la tentación de hacer trampa.

Cómo actuar si vas a elegir un centro

Antes de matricularte, pregunta con naturalidad: ¿qué sistema de supervisión usan?, ¿cómo se integra con la plataforma y el campus virtual?, ¿qué datos recogen y durante cuánto tiempo?, ¿qué alternativas ofrecen a estudiantes con necesidades o reticencias legítimas? La calidad de las respuestas te dirá si el centro ha pensado la medida desde la protección de derechos y desde la integridad académica.

Una última recomendación práctica

El proctoring es una herramienta poderosa cuando se usa con criterios claros: proporcionalidad, transparencia y respeto por la privacidad. Si eres gestor académico, equilibra la exigencia evaluativa con la dignidad del alumnado; si eres estudiante, exige claridad sobre el uso de tus datos. Así, tecnología y pedagogía suman para que un título digital no sea solo un documento, sino una credencial con sentido y confianza.

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RRYP Academy es la escuela de formación en internacionalización de empresas y comercio internacional de la consultora Relaciónateypunto.

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